Podemos ayudar a vuestro colegio o instituto a implantar con éxito la escuela digital. Un componente crucial en este nuevo modelo educativo —que consiste en un ordenador por cada alumno y en el uso intensivo de contenidos digitales— es el WiFi del centro educativo. ¿Tenéis una infraestructura WiFi preparada para dar servicio a centenares o miles de dispositivos en aulas y otros espacios comunes? Nosotros te echamos una mano.
El reto de digitalizar la escuela
La digitalización de la escuela, estimulada por la pandemia del virus de la COVID-19, va a ser una transformación positiva para la educación en España. Durante 2021 y 2022, los centros educativos van a asignar centenares de miles de portátiles a los alumnos, con el propósito de mejorar la calidad de la enseñanza.
En todo este proceso, PCBox puede ser vuestro proveedor tecnológico de referencia.
El objetivo es crear, desde cero si se da el caso, un sistema de escuela digital, una fórmula de enseñanza que exprime al máximo las posibilidades de conectarnos a Internet y de aprender en entornos digitales.
PCBox desarrolla la escuela digital: desde la definición del modelo hasta la formación a personas clave
PCBox estará a vuestro lado en todo momento. Si tenéis claro el modelo de escuela digital que queréis poner en marcha, definiremos con vosotros qué equipos, softwares y soluciones de educación encajan mejor.
Si no sabéis qué modelo instaurar, os explicaremos las diferentes opciones y la tecnología que las hace posibles.
En esta primera fase, PCBox hace una evaluación del sistema de WiFi del centro educativo. El diagnóstico nos dirá si es necesario cambiar, adecuar o mejorar esta infraestructura.
Con el modelo de escuela digital ya totalmente perfilado, lo que hacemos es instalar y configurar equipos y programas. Además de los softwares básicos para cualquier red informática, también habilitaremos los que son específicos para el sector educativo.
En todo momento, PCBox os ofrece apoyo y asesoría. Desde la reunión inicial con los responsables del centro, hasta el instante en que formamos a las personas clave de vuestro colegio que nos indiquéis. La fórmula más habitual es capacitar en todas las herramientas de la escuela digital a un grupo pequeño de profesores. Son los denominados superteachers, que son los encargados de diseminar todo ese conocimiento entre sus compañeros docentes.
WiFi dimensionada: un colegio con más equipos conectados a internet necesita un sistema más potente
La WiFi es una de las piedras angulares de la escuela digital. Sin una disponibilidad estable, segura y dimensionada de ancho de banda de internet, el modelo de educación digital mejor concebido puede tener serios problemas en la práctica. ¿Cómo se pueden hacer clases con contenidos y aplicaciones accesibles en Internet, si el caudal de Internet no está asegurado al 100%?
Cambio de paradigma: del aula de informática a un portátil en cada pupitre
La digitalización de la escuela supone todo un cambio de paradigma. Del colegio en que el uso de ordenadores se circunscribía al aula de informática, estamos pasando a una fórmula en que los equipos informáticos pasan a ser de uso personal por cada alumno en su pupitre.
Evidentemente, en este modelo educativo la disponibilidad de una señal WiFi con todas las garantías es un elemento básico.
A diferencia de lo que pasa en el aula de informática, las aulas convencionales no están pensadas para llevar cable de fibra hasta cada mesa. Por otro lado, tampoco se trata de una idea pragmática, dada la flexibilidad que deben ofrecer las clases para poder cambiar de lugar mesas, sillas y otros elementos. Y ya no entramos en el aspecto de los costes que implica cablear todas las aulas de un centro escolar.
No hay debate: la conexión inalámbrica es la forma óptima y factible de conseguir que profesores y alumnos estén conectados
Por todo esto, un sistema WiFi bien diseñado y bien implementado es absolutamente crucial para el óptimo desarrollo de la escuela digital. En resumen, la educación digitalizada va de la mano de un sistema WiFi sólido.
Crece el número de dispositivos por persona en las escuelas europeas
«Un estudio de Cisco afirma que, en las escuelas europeas, cada persona —alumnos, profesores y otros profesionales del centro educativo— utiliza una media de 1,2 dispositivos tecnológicos», ilustra Albert Loran.
La tendencia es ascendente. Las personas que forman parte del ecosistema escolar usarán cada más equipos y dispositivos tecnológicos en el futuro.
Un portátil por cada alumno, el gran vector de crecimiento del parque tecnológico escolar
El vector más importante en esta evolución es la adopción por todos los centros educativos del sistema educativo digital.
Hoy, más de la mitad de las clases de ESO y de bachillerato en España están aún por digitalizar. Pero en estos próximos meses y años, la gran mayoría de las aulas se habrán incorporado al nuevo modelo. Y eso significa que, en los centros que todavía no se han digitalizado, el número de equipos conectados a Internet será muchísimo mayor.
El monitor interactivo y el ordenador del profesor, grandes consumidores de Internet
En la escuela digital, las dos principales herramientas de hardware del docente son el monitor interactivo (visible por todos los integrantes de la clase) y el ordenador del profesor. Ambos equipos necesitan conectarse a la red WiFi del colegio.
La Pizarra Digital Interactiva (PDI), que como el monitor interactivo exhibe contenidos educativos al conjunto del aula, no se conecta a internet de forma directa. Lo que sí hace es mostrar lo que el profesor determina desde su portátil.
El docente es uno de los usuarios más intensivos de Internet en la clase. Y es que, al margen de la labor estrictamente pedagógica que se basa en aplicativos, plataformas y recursos de acceso online, utiliza softwares para el control y la supervisión de los portátiles de los estudiantes.
Popularización del smartphone entre los estudiantes de secundaria
Las generalización del smartphone entre los alumnos, sobre todo entre los de secundaria, añade presión al sistema de WiFi de la escuela o instituto. Eso sí, siempre y cuando el centro educativo dé permiso para que los escolares se conecten a la red WiFi.
En algunos centros escolares que aún no trabajan con la metodología digital, los profesores han tirado del móvil de los alumnos para realizar actividades educativas, con apps como Kahoot! En situaciones como la descrita, muchas escuelas han tomado conciencia de que su WiFi está al límite o, simplemente, es obsoleta. Con un número excesivo de peticiones simultáneas de acceso a la red de Internet inalámbrico, la experiencia puede ser frustrante, porque cae la señal.
Uso del internet WiFi por el personal del centro educativo
Profesorado y personal de administración y dirección del centro conectan sus dispositivos personales a la red WiFi en los centros educativos que así lo autorizan.
Internet de las Cosas en los centros escolares
La tecnología de Internet de las Cosas (Internet of Things), que conecta equipos electrónicos y domóticos a Internet, podría ser otro factor que aumente el consumo de WiFi en el futuro en los complejos educativos.
La red WiFi debe tener un tamaño suficiente a medio plazo
La creación o puesta al día de la red WiFi de un centro educativo debe tener en cuenta una serie de requisitos.
Destacaremos que la señal debe ser estable (que no se corte) y generosa (que Internet vaya rápido, aunque haya mucha gente conectada al mismo tiempo). Se trata de dos puntos fuertes que debemos exigir al Internet inalámbrico de la escuela, dos características que guardan relación con un concepto primigenio: el dimensionamiento de la WiFi. Es decir, la capacidad que le damos para hacer satisfacer las necesidades de ancho de banda de docentes y alumnos.
A la hora de diseñar la red WiFi, hay que darle la dimensión que el colegio necesita en el momento actual, y la dimensión que le irá bien a 5 años vista. No puede ser que una infraestructura nueva se quede justa en apenas unos años.
Esta visión de futuro es decisiva. En los próximos años, las escuelas van a utilizar más dispositivos per capita para consumir mayores volúmenes de contenidos digitales.
¿Sospecháis que vuestra WiFi está infradimensionada?
No hace falta tener conocimientos técnicos para advertir que la red WiFi carece de la capacidad suficiente y necesaria. Es bastante fácil advertir que un servicio de Internet y la red WiFi que de él depende están mal dimensionados.
Una de las pruebas del algodón es cuando muchos usuarios —alumnos, profesores, personal del centro— se conectan a la web, y las conexiones se ralentizan. Si el sistema se ve muy sobrepasado, se puede desplomar. En concreto, el punto de acceso WiFi al que se conectan los dispositivos deja de funcionar y hay que resetearlo.
¿Cómo saber si una infraestructura WiFi escolar puede dar un buen servicio?
Cuando PCBox se pone manos a la obra para implantar un sistema de escuela digital, una de las primeras tareas que lleva a cabo es una auditoría de la infraestructura y de la configuración WiFi.
Si sabemos cuántos alumnos, profesores y otros miembros de plantilla hay en un centro, y si sabemos también qué uso de Internet hacen todos ellos, podremos hacer un diseño en consecuencia y garantizar que la infraestructura WiFi es lo suficientemente grande.
Vuestra escuela invirtió en una red hace unos 10 años: ¿Hay que actualizarla?
Muchos centros educativos instalaron años atrás un sistema de Internet inalámbrico que hoy, casi con toda certeza, ha quedado obsoleto.
«Las redes WiFi que se crearon hace 10 años no estaban concebidas para el modelo de escuela digital que será predominante», explica Albert Loran.
«No estaban diseñadas ni para el gran número de dispositivos que utilizamos en la actualidad, ni tampoco para el alto consumo de datos que hacemos. La digitalización de la escuela conlleva un uso importante de aplicaciones y recursos disponibles en Internet. Y también el consumo de unos archivos, como los vídeos de alta definición, mucho más pesados que los existentes una década atrás».
El tamaño de los recursos online que se descargan o reproducen es un factor relevante. Imaginemos a los 30 alumnos de una clase viendo al mismo tiempo un vídeo en full HD
Con este escenario, el centro tiene que renovar la red para adecuarla a la cantidad de equipos que se conectan y a la cantidad de datos que pasan por estos dispositivos
Vuestro centro educativo carece de un sistema de Internet inalámbrico diseñado por profesionales
Algunos colegios e institutos no llegarón a montar una red WiFi en condiciones. Hasta ahora, han trabajado con un router y algunos repetidores, o con puntos de acceso que se han quedado anticuados.
En este supuesto, hace falta crear un sistema WiFi desde cero.
El riesgo de una red WiFi que se queda ‘corta’
Una red WiFi mal dimensionada o que se ha quedado obsoleta pone en peligro el buen funcionamiento de la escuela digital. El centro puede contar con todos los equipos necesarios, con los contenidos apropiados y con un profesorado formado en el nuevo modelo de enseñanza. Pero sin una WiFi fiable, el sistema de aprendizaje cojea.
Hace unos años, cuando la escuela digital todavía no se percibía como una fórmula imprescindible para la educación del futuro, muchos centros procrastinaban. La digitalización del proceso educativo no se veía como una prioridad. Con esa forma de pensar, si los profesores ya eran conscientes de las limitaciones del WiFi escolar, acababan reduciendo a la mínima expresión las actividades lectivas basadas en el acceso a Internet.
Sabedores que de los vídeos se colgaban y de que las aplicaciones iban mal, los docentes perdían la confianza en la infinidad de recursos a mano en Internet. Y, directamente, dejaban de emplearlos en beneficio de los estudiantes.
WiFi segura: la educación exige todas las prevenciones
Una red WiFi para una comunidad educativa debe facilitar el proceso de aprendizaje digital. Y no solo eso, sino que también debe contribuir a la cohesión y a las buenas dinámicas de esa comunidad.
Cuando un centro escolar se abre a Internet, cuando permite el uso pedagógico de dispositivos tecnológicos y la transferencia de datos vía WiFi, emergen algunos riesgos. Esos peligros se deben prevenir.
Uso seguro por los estudiantes
«Una WiFi tiene que ser segura porque por ella deben navegar todos los alumnos», resume Albert Loran.
PCBox avala que la conexión sea fiable para que ningún alumno pueda acceder a los equipos de sus compañeros. Y tampoco a los de los profesores. «Es fundamental que los niños o adolescentes no puedan interactuar entre ellos al margen de los niveles que desee el centro escolar».
«La interacción con el ordenador de un compañero de aula o del maestro puede hacerse en clave de juego, pero se trata de una acción intolerable. Porque afecta a la privacidad y a la intimidad de las personas. Y porque se puede copiar el trabajo de otro o incluso todo su disco duro. Además, en caso de acceder al ordenador de un profesor, se puede estar sustrayendo el examen previsto para el día siguiente».
Uso seguro por la dirección y la administración
Se puede definir los permisos que tienen los diferentes grupos de personal, como dirección y administración.
Una recomendación relevante es que todos aquellos ordenadores que puedan conectarse por cable, lo hagan así. La conexión a Internet siempre va a ser más fiable y estable, y se va a restar presión al consumo del caudal de WiFi disponible para toda la instalación.
‘Firewall appliance’
PCBox garantiza la seguridad a todos los niveles con la instalación y configuración de un equipo denominado firewall appliance. Este dispositivo, que se puede operar en remoto, se pone después de la entrada de internet en el complejo escolar. Controla toda la red. Hace de filtro del acceso a internet y permite crear rutas WiFi diferenciadas. Por ejemplo, rutas independientes para escolares, para docentes, para administración y para dirección.
«Podemos fijar reglas y determinar quien puede ver el equipo de quién. Por ejemplo, podemos establecer que desde dirección se pueda acceder a los ordenadores de administración, vía WiFi o a través de la red de cable».
El firewall appliance también es una tecnología que protege los equipos que se conectan a internet desde la escuela, por WiFi o por cable, del exterior.
Puntos de acceso para que la señal llegue bien a toda la escuela
La señal WiFi se distribuye por las instalaciones escolares a partir de una serie de puntos de acceso WiFi. Estos dispositivos deben ofrecer la máxima cobertura. Y deben hacerlo con redundancia: esto quiere decir que si un punto queda inutilizado, las personas que siguen una clase en un aula se deben poder beneficiar de la señal que propaga otro punto.
¿Cuántos puntos de acceso necesita un colegio?
Depende del número de usuarios y del consumo de contenidos que hagan. Y también tiene que ver con la distribución de las aulas (analizamos este aspecto en otro punto). «En una escuela con 800 alumnos, podrías necesitar hasta 50 puntos de acceso», dice Albert Loran.
Redundancia con la tecnología ‘Mesh Wifi’
La redundancia asegura la estabilidad del sistema WiFi. Si un punto de acceso falla, otro punto vecino acude al rescate para que los alumnos no se queden sin ancho de banda y no tengan que interrumpir la clase.
Esta redundancia se logra con el Mesh WiFi, con la tecnología Mesh. En castellano, mesh significa malla. Y eso es precisamente lo que se hace con los puntos de acceso. Se disponen en malla. Es decir, se constituyen diversos grupos de puntos de acceso que están interconectados entre ellos. Si uno se ve superado, el resto de los que están próximos y en malla le prestan caudal de Internet. De este modo los usuarios pueden seguir conectándose sin problema.
Albert Loran pone un ejemplo. «Sala de conferencias con 200 personas reunidas que se conectan a un contenido disponible en Internet al mismo tiempo desde sus dispositivos. El punto de acceso de ese espacio se puede saturar, y ahí es cuando entran en acción los otros puntos de acceso del Mesh. La velocidad de transferencia igual baja de 400 megabytes/segundo a 150, pero los congregados en esa sala van a poder seguir consultando recursos online sin obstáculos».
¿Qué ocurre si un punto de acceso cae y no hay tecnología ‘Mesh’?
Si la red WiFi carece de tecnología Mesh, la sobredemanda que recibe un punto de acceso puede culminar con su caída. ¿Resultado? Esa zona de la escuela tiene que interrumpir la actividad docente. Al menos, la actividad basada en recursos online.
Cuando un punto de acceso se ve sobrepasado, interrumpe el servicio (si no hay tecnología Mesh). Si eso ocurre, la persona de mantenimiento debe desplazarse físicamente a la ubicación del punto de acceso y reiniciar. Ese reset no se puede hacer en remoto.
La existencia de puntos de acceso así de frágiles, sin la redundancia que provee el Mesh Wifi, pone en peligro el concepto de la escuela digital. La razón es que hace que los docentes se contengan a la hora de aprovechar al máximo la oportunidades que ofrece la educación digitalizada.
Puntos de acceso en espacios comunes
Las clases deben disfrutar de puntos de acceso WiFi. Y los espacios comunes también deben tener ese acceso: comedor, gimnasio, biblioteca, auditorio e incluso ciertas secciones del patio.
«A veces, en el sitio en que menos piensas, es donde más puntos de acceso debes emplazar», asegura Albert Loran. «Por ejemplo, una sala polivalente, que tanto puede hacer de gimnasio como de centro de reuniones. En un espacio así se pueden congregar decenas de personas que, si se conectan a Internet al mismo tiempo, deben poder acceder a un ancho de banda suficiente».
¿WiFi en el comedor escolar?
Sí, hay que disponer de WiFi en el comedor.
¿Por qué? En primer lugar, por la necesidad de una planificación dietética de los alumnos en función de sus creencias, alergias o patologías (enfermedad celíaca, intolerancia a la lactosa, etc). Estas necesidades dietéticas específicas exigen el acceso por el personal de comedor a aplicaciones y bases de datos disponibles en la nube para la planificación de los platos.
En segundo lugar, el comedor se emplea muchas veces como sala multiusos, por lo que tener una buena conectividad WiFi es relevante.
WiFi escolar: características del centro educativo a tener en cuenta
En la auditoría del centro educativo, se tienen en cuenta todas las características de las instalaciones y del proceso pedagógico que influyan en la calidad del servicio WiFi.
Dimensión de la escuela
La dimensión del complejo determina el diseño de la red WiFi. Cuando se aborda este aspecto, hay que decidir qué partes del patio deben disfrutar de conectividad WiFi. Recordemos que algunas actividades lectivas se desarrollan fuera del edificio o edificios escolares.
Configuración arquitectónica
La disposición del complejo escolar es determinante. PCBox trabaja a partir del plano del centro escolar y a partir de una inspección in situ minuciosa. Lo que se persigue es tener toda la información útil necesaria a la hora de diseñar el sistema WiFi.
El trabajo sobre el terreno es muy importante, porque muchos planos se han quedado obsoletos. Y allí donde en los comienzos del centro había una aula, ahora puede haber dos, por poner un ejemplo.
¿Un solo edificio, o varios?
Un complejo escolar con varios edificios necesita recurrir a más puntos de acceso.
Por otro lado, puede haber instalaciones separadas del edificio principal, como un gimnasio, que no tengan cable de red. La única manera de llevar la señal WiFi hasta allí es a través de un enlace de radiofrecuencia (tecnología Point to Point, PtP). Una vez la señal llega a ese edificio independiente, ya se puede instalar cable o emplazar puntos de acceso WiFi.
Recordemos que el cable de telecomunicaciones no puede ir junto al cable eléctrico porque se crean interferencias.
¿Una planta o dos plantas?
Un complejo escolar con el mismo número de aulas, requerirá más puntos de acceso si estás están localizadas en una sola planta. Si un colegio tiene dos o más pisos, se puede rentabilizar mejor la señal disponible. El motivo es que un mismo punto de acceso puede prestar servicio a dos plantas.
Número de dispositivos y uso que se les da
El parque tecnológico es una variable fundamental. ¿Cuántos equipos y dispositivos se pueden llegar a conectar al mismo tiempo? ¿Qué uso tienen?
¿Cuántos equipos podrían conectarse al mismo tiempo?
No es lo mismo que los alumnos solo puedan utilizar su portátil de uso personal, o que también puedan tomar señal WiFi para su smartphone personal porque el centro les da permiso. En ese supuesto, si el centro tiene 400 alumnos, se pasaría de 400 dispositivos conectados a 800.
¿Cómo se emplean los equipos conectados a internet?
En cuanto al tipo de consumo que se hace de la red WiFi, influye mucho el nivel de los cursos que se den en la escuela.
En primaria, los alumnos no utilizan tanto el ordenador. Y, cuando lo hacen, manejan aplicativos más sencillos, con menor consumo de ancho de banda.
En secundaria, en cambio, los estudiantes pueden estar toda la jornada lectiva conectados al WiFi. Y no solo eso, sino que recurren a aplicaciones, softwares y contenidos más pesados, que representan un mayor consumo de señal de internet.
Los Chromebooks, que son portátiles diseñados específicamente para la educación, consumen unas cantidades de datos muy diferentes según si el niño tiene 10 o 14 años. Y es que el tipo de uso no tiene mucho que ver.
Estos ordenadores impulsados por Google trabajan sobre todo a partir de aplicaciones y softwares que hay en la nube, en internet. Pues bien, el niño de secundaria va a gastar muchos más datos que el de primaria. Primero, porque emplea el Chromebook durante más tiempo. Y segundo, porque los recursos en la nube que utiliza son más sofisticados y pesan más.
Primaria y secundaria con diferentes puntos de acceso
La diferenciación entre educación primaria y educación secundaria es relevante, por las diferentes pautas de consumo de datos mencionadas. En razón de eso, se tiende a asignar puntos de acceso diferenciados a las aulas de primaria y a las de secundaria.
¿De qué ancho de banda disfruta el centro escolar?
Se trata de una variable que depende de lo que se haya contratado con el proveedor de telecomunicaciones.
Asimismo, en algunas zona rurales no siempre es posible acceder al caudal de internet necesario.
«Los centros educativos tienen la capacidad de acceder a diversas fibras, para que el caudal de ancho de banda sea el máximo posible. En estos casos, puedes unir dos fibras en la misma red», explica Albert Loran
En las redes WiFi empresariales y escolares, se valora más la estabilidad y la viabilidad de la señal, que las puntas de velocidad que ésta puede ofrecer.
Lo importante, más allá de que el ancho de banda sea muy holgado, es que la señal esté disponible en todo momento. Por lo que las velocidades de transferencia pueden ser menores que las domésticas, pero más estables.
«Ni una empresa puede quedarse sin internet cuando está haciendo una gestión online de un pedido, ni tampoco una escuela cuando el profesor está dando clase»